"No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. " (Oscar Wilde)



miércoles, 13 de febrero de 2008

A vueltas con el 14 de febrero


Estamos en uno de esos días que me da rabia, mucha rabia… Porque, digo yo, ¿qué sentido tiene celebrar el día de los enamorados?

Para los que están enamorados es algo absurdo puesto que si están enamorados, lo lógico y normal, es que celebren su amor todos y cada uno de los días de la vida de ese amor. Entre otras cosas porque, dado lo difícil que es coincidir con otro ser humano, cuando se produce el milagro, hay que celebrarlo constantemente y mientras dure, que tampoco se sabe nunca cuando va a acabar…

Para los que no están enamorados este día es una auténtica put***, porque todo lo relacionado con esas fechas les recuerda machaconamente el estado en el que se encuentran. Por mucho que se tenga asimilada la soltería, el ser humano tiene la necesidad básica de relacionarse íntimamente con otro ser humano y, que le recuerden esa carencia a todas horas, no deja de ser una crueldad malsana que obliga a plantearse al sujeto en cuestión si vivir sin ese “amor” ideal no es un error y un fracaso. Hace falta ser un ser muy fuerte y estar muy convencido de su estado para no entrar en una depresión profunda durante estas fechas.

La cosa empieza días antes cuando por la caja tonta no dejan de bombardearnos con anuncios de colonias, relojes y otros artículos sugerentes para regalar a la supuesta pareja -ésta es otra… ¿una colonia y un reloj puede demostrar el amor que se le tiene a alguien? ¿no serían mejor besos, abrazos, caricias y, ya puestos, un buen polvo?-. No me deja de sorprender en estos anuncios las caras de felicidad de los protagonistas, tan hermosos ellos, que no tienen comparación con las gentes con las que una se cruza habitualmente por las calles, y las situaciones que reflejan que tampoco se parecen a las que vivimos los simples mortales, porque ni siquiera los que están enamorados viven situaciones semejantes si no es en sus sueños.

En la calle sucede algo parecido, floristerías llenas de orquídeas y rosas rojas dispuestas en cajitas adornadas con ridículos corazones y gordinflones angelotes con flechas, envueltas en nubes de papel de celofán igualmente llenas de corazones; pastelerías exhibiendo en sus aparadores cursilones pasteles rosados y horteras cajas de bombones en forma, como no, ¡de corazón!; tiendas de objetos de regalo donde lo que priman son parejas de ositos u otros peluches en actitudes empalagosas y cojines en forma de corazón con textos “ad-hoc”, colocados, claro está, entre corazones de adorno… que una ya no sabe si se encuentra paseando por la ciudad o se ha metido en una parada enorme de casquería del mercado de la Boquería o en el quirófano del Dr. Bernard.

Por otro lado, con San Valentín termina sucediendo como con otros iconos representativos traídos por los pelos, porque no se sabe a ciencia cierta que significación tienen con respecto a los valores que representan. Por lo que tengo entendido, San Valentín fue un mártir de la época de los romanos, allá por el siglo III de nuestra era, uno de aquellos primeros cristianos que murió por no querer renunciar a su fe y al que se le dio muerte precisamente un 14 de febrero. Por aquellas fechas, el imperio romano estaba ya en plena decadencia y al emperador no se le ocurrió otra idea mejor que intentar crear un ejercito con jóvenes soldados dedicados exclusivamente al noble arte de la guerra, alejados de los placeres de la carne; los soldados que no estaban por la labor, seguían cortejando a sus respectivas y, en contra de la prohibición del emperador de casarse con ellas, lo hacían clandestinamente siendo el obispo Valentín el encargado de llevar a cabo la ceremonia, todo antes que permitir que los soldados se ganaran el fuego eterno por ir en contra del 6º. mandamiento, que todo hay que decirlo…

En el año 496, el papa de turno, Gelasio, sustituyo al dios pagano de la fertilidad Lupercus (en honor al cual se celebraban festejos y sacrificios a mediados de febrero) por la figura de S. Valentín, y, no fue hasta finales del siglo XVII y principios del XVIII, en que se popularizaron las costumbres asociadas a esta festividad, entre ellas el regalo de postales de amor (no deja de ser casual que por esa época fue cuando empezó a popularizarse el uso de la imprenta y, mal pensando, como no podía ser menos, veo una clara actitud de mercadeo en los impresores de la época como si de vulgares “cortesingleses” se tratara…).

En definitiva y para acabar, que si San Valentín no va lentín, se acaba convirtiendo en San Calentin que, digan lo que digan los grandes genios del marketing que crearon esta festividad, es el último fin de la misma, o, lo que es peor, en San Calcetín, el calcetín que las mujeres terminamos lavando y zurciéndole los tomates, una vez se ha consolidado el amor y llega la rutina, cuando ya no queda apenas rastro del enamoramiento, que ésa es otra…

Hala, pues eso… que cada uno celebre el que le resulte más propicio. Yo este año celebraré San Lexatín para no angustiarme viendo tanta insensatez.



8 comentarios:

mangeles dijo...

jIJI
JIIIIIJIIIII
JIIIIMIJIIJJIJIJIJIJIIIJIJII
JIJIJIIIJII

Ahhh y PLÍÑ¡¡¡

Luna Azul dijo...

Jajajajaja que bueno preciosa, me has hecho reirme un buen rato.
Gracias por ello.
Petonets

mangeles dijo...

¿Qué me vas a regalar mañana, AMORCITO?

Prijuabe dijo...

Por cierto, creo que el inventor del marketing de San Valentín fue el dueño de los desaparecidos Galerias Preciados o al menos a él se lo atribuyeron ¿sería una idea robada a algún genio de la publicidad?.

Besos sin publicidad.

lemoinestar dijo...

MAngeles,
oyeeeeeee... me tienes que explicar que es eso de los PLIÑ!!!

Ana,
ya ves, biotza, con sentido del humor parece que las cosas pasan mucho mejor ;-).

Y no me des las gracias, joiaaaaaa!!!!

Muxutxuak

MAngeles,
cariñito mío, ¿te gusto el regalo? :-P

Berni,
pues la verdad es que no tengo ni idea, pero lo que está claro que este día debería llamarse "San Corte Inglés".

Besos auténticos.

Prijuabe dijo...

También el día del padre, la madre...
La madre que lo parió al que se lo inventó jejeje.

Besos.

lemoinestar dijo...

Ya te digo... el caso es vender... viva el marketing!!!!!

Besos de celebración cotidiana (sin marketing)

Abel Granda dijo...

Madame, no sabe lo que me ha hecho reír con lo de San Lexatín (al que cada mañana le enciendo una cápsula.
Yo lo tomo como una necesidad de las empresas y la sociedad de consumo; gracias a estas chorradas, tenemos puentes y caminos, escuelas y hasta reyes.
No se me cabrée, que esto no va con Ud., va con los que necesitan que les digan lo que hay que hacer, porque así les resulta más fácil y cómodo expresarse. Cruce los puentes, recorra los caminos, disfrutando libre del mogollón de las rebajas. Nada es obligatorio.