"No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. " (Oscar Wilde)



lunes, 25 de febrero de 2008

El hilo invisible


"Un hilo rojo, invisible,
conecta aquellos que están
destinados a encontrarse,
a pesar del tiempo, del lugar,
a pesar de las circustancias;
el hilo puede tensarse o enredarse,
pero nunca podrá romperse".
Proverbio chino

La mujer estaba recostada en el sofá en actitud indolente, el cuerpo desmadejado, abandonado, la cabeza reclinada hacia la izquierda, los ojos cerrados, el brazo derecho levemente levantado sosteniendo con desgana un cigarrillo. En la radio empezó a sonar una vieja canción que le hizo dar un salto en el tiempo.

De su ojo derecho brotó una lágrima que empezó a avanzar casi imperceptiblemente, milímetro a milímetro, lenta y tortuosamente, al ritmo de los pensamientos que se habían quedado atascados en aquel punto concreto de su vida. La lágrima iba dejando a su paso una fría humedad que le quemaba el rostro y un ligero cosquilleo que le quemaba el alma.

De su boca escapó un hondo suspiro mientras murmuraba algo así como: “¿Por qué te fuiste?”


En aquel mismo instante, un hombre circulaba en su vehículo de último modelo por una autopista casi desierta. El coche estaba programado para no tener que prestar atención, durante el viaje, a nada que no fuera el control de la dirección, lo que le permitía ir pensando en otras cosas, cómoda y relajadamente. En la radio empezó a sonar una vieja canción que le hizo dar un salto en el tiempo.

De su ojo derecho brotó una lágrima que empezó a avanzar casi imperceptiblemente, milímetro a milímetro, lenta y tortuosamente, al ritmo de los pensamientos que se habían quedado atascados en aquel punto concreto de su vida. La lágrima iba dejando a su paso una fría humedad que le quemaba el rostro y un ligero cosquilleo que le quemaba el alma.

De su boca escapó un hondo suspiro mientras murmuraba algo así como: “¿Por qué me fui?”

4 comentarios:

Prijuabe dijo...

Un magnifico relato, en realidad parece que entre algunas personas ocurre como en el relato, hay una conexión tal y como dice el provervio, a veces ese hilo invisible es como el llamado teléfono rojo, una línea directa entre ambas personas, lo descuelgan incluso sin saberlo para conectar en el mismo momento, igual que en el relato.

Besos a traves del hilo.

Luna Azul dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
lemoinestar dijo...

Berni,
efectivamente, a veces se producen unas coindencias tan extrañas que no tienen explicación, otras, en cambio pareciera como si el teléfono rojo que mencionas estuviera comunicando ;-)

Besos transmitidos.

Ana,
otra vez se ha vuelto a perder el comentario, he estado esperando a ver si aparecía de nuevo, pero ya veo que no. Como recibí la notificación en correo, la entrada de hoy en el blog de poesía va por ti.

Muxus

Luna Azul dijo...

Jajajaja preciosa lemoinestar no ha desaparecido mi comentario por obra y gracia de estas cosas de los blogs. La verdad es que después de puesto lo borré. Cuando lo leí quedaban cosas por comentar que por falta de tiempo no podía ponerlas. La verdad es que la poesía era lo 1º que me vino a la mente cuando leí el relato. Pero mira que eres "bruja" no sé ni como te dio tiempo a leerlo, si lo quité casi de la misma.
¿por qué me leiste? ¿Por qué lo borré yo?
Un beso muy fuerte con arrepentimiento.