"No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. " (Oscar Wilde)



lunes, 15 de octubre de 2007

Una buena borrachera


El otro día pille una borrachera, no es que bebiera más de la cuenta, no, lo que hice fue emborracharme a conciencia, como no recuerdo haberlo hecho nunca en mi vida. No estaba de marcha, bebí en medio de una conversación demasiado trascendental que me estaba haciendo mucho daño. Pedí un güisqui, luego otro y, más tarde, un tercero.

Para mí, que no bebo nunca más que agua, café descafeinado, zumo de naranja o alguna cerveza sin alcohol, la cantidad consumida era excesiva. Eso no significa que ocasionalmente no me tome una copa de vino o de cava para acompañar una buena comida, o un mojito o un Jack Danniels con muchísimo hielo cuando salgo de fiesta con mis amigos, pero enseguida me siento achispada y dejo de beber, entre otras cosas, porque mi miedo al ridículo es tan acusado que sentirme con la lengua estropajosa o el paso vacilante me hacen sentir mal. Sin embargo no tuve malestar físico ni mental. El alcohol me desató la lengua, y aunque me la dejo como un trapo, pude expresar todo lo que llevaba dentro. Hasta entonces había intentado en diferentes ocasiones manifestar mis pensamientos con palabras más suaves, pero no había sido capaz de hacerme entender.

Hacía días, pues, que necesitaba volcar todo lo que pensaba, corría el riesgo de que los pensamientos se enquistaran y empezaran a pudrirse generando rabia y odio. Afortunadamente, el alcohol me ayudó a vomitarlos y a limpiarme el alma, mientras las lágrimas iban lavándolo todo para dejarlo de nuevo en condiciones. Hace años decidí desterrar el odio de mi interior.

Dije palabras muy fuertes, pero dije, también, verdades como puños, de ésas que sólo dicen los borrachos o los niños. Seguramente la mayoría de mis palabras no fueron bien interpretadas, aunque mis argumentos eran, a pesar de las circunstancias, bastante coherentes, no en balde, eran el fruto de muchas horas de observación y meditación reposada. La persona a la que iban dirigidos todos esos comentarios es alcohólica rehabilitada que está empezando a caer de nuevo en la dependencia. Creo que eso fue, precisamente, lo que me impulsó a beber sin control, era la única manera que se me ocurría de hacerle ver lo que estaba haciendo sin darse cuenta. En el fondo, ése era uno de los motivos de la conversación, no soportaba ver como esa persona, a la que quiero con todo mi corazón, empezaba a destruirse por no ser capaz de enfrentarse de manera directa con sus problemas, alguno de los cuales compartimos, y que sabe, además, que tiene mis manos a su alcance y mi alma a su lado para ayudarle en la búsqueda de soluciones.

Cuando dimos por terminada la conversación y llegue a casa me bebí casi un litro de zumo de naranja, no sé si fue eso o que la conversación me había hecho quemar todo el alcohol que me he había metido entre pecho y espalda, que a la mañana siguiente me levanté sin rastro de resaca. Fue, como dijo Juan Echanove hace muchos años en una serie de televisión, un pedete lúcido.

Sé, que tarde o temprano, esa persona entrará por aquí a ver lo que se dice, posiblemente esta entrada le haga enfadar todavía más de lo que está. Tal vez no comprenda que detrás de todas estas palabras, al igual que detrás de todas las que llevo pronunciadas durante muchos días se esconden muchos sentimientos.

Porque sé que lo vas a leer te quiero añadir algo nuevo que no te he dicho todavía, si, como dices, lo que quieres es que alguien te entienda, empieza, primero, por explicarte; no te guardes lo que piensas ni lo que sientes dentro de ti, nadie puede leer tus pensamientos, las personas que te rodeamos somos sólo seres humanos, con nuestras virtudes y nuestros defectos, pero sin poderes mágicos para poder entenderte si tú no te comunicas. Deja de mirarte el ombligo, no pienses que eres la persona más desgraciada del mundo ni que tus problemas son mayores que los del resto de la gente y piensa que no hay sólo soledad a tu alrededor, tienes, por lo menos, a alguien a tu lado: yo.

Cuando te parezca estoy preparada para tomar un zumo de naranja contigo y hablar con serenidad.

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Esto es lo más parecido que he podido encontrar, de momento, a lo que quería poner; en cuanto pueda, colocaré lo que realmente corresponde.
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15 comentarios:

. dijo...

Menos mal que a mi me da por hacer el idiota cuando bebo (que son bastante menos veces de las que bebes tu).

Recuerdo que una vez nos fuimos a un bar en Vilafranca a contarnos lo que pensábamos realmente los unos de los otros. Fue una noche muy jodida, nos hicimos muchísimo daño y no hemos vuelto a jugar a aquello. El caso es que a veces es necesario no contarlo todo para conservar según que cosas. Es triste, pero es lo malo que tiene criarse en esta sociedad tan moderna y civilizada en la que vivimos.

Un beso.

Prijuabe dijo...

A veces un buen desatascador hace falta para quitar las "telarañas" y otras cosas que puedan atascar nuestras "tuberias". Lo importante es saber que cantidad hay que echar y cada cuanto tiempo, cosa que parece sabes conocer perfectamente. Espero que esa otra persona también sepa conocer las cantidades que no debe sobrepasar para no caer en donde ya estuvo.
Espero que todo el cariño que sientes por esa persona, para decir todo lo que dijiste y que finalmente te atreviste a sacar de dentro, la haga recapacitar para no volver a caer y sepa enfrentarse cara a cara con esos problemas, para eso es necesario levantar la cabeza del ombligo como bien dices.

Besos de pedete lúcido.

Luna Azul dijo...

Huy mi querida amiga leimonestar. Nunca vuelvas a hacerlo por favor, las personas que tienen este problema no lo aprecian, sólo tu te haces daño. Sé "por propia experiencia" lo duro que es que la persona a la que más quieres caiga en esta espiral de la bebida, es durísimo. Ellos deben empezar a darse cuenta del problema si no es así la batalla está perdida. Si ellos no quieren, si ellos no se dan cuenta, el problema no tiene solución amiga mía.
Destrozan su vida y la vida de los que les rodean. Son incapaces de apreciar gestos como el que tu has tenido por amor a esa persona. Ojala se de cuenta de lo que tiene a su lado, una persona que le quiere y que está dispuesta a ayudarle por amor.
Un beso muy fuerte mi querida amiga.
Ah y si como dices esa persona entra a leer lo que se dice, para él le digo: "Recapacita y aprecia lo que tienes a tu lado, está demostrando ser una gran amiga, una gran persona y además está enamorada de ti. No seas tan torpe de perderla".

lena dijo...

lemoinestar, como conocedora de la persona que eres pienso que hay personas que un momento determinado necesitan que alguien les ponga las pilas y creo que hoy es lo que has hecho.

lemoinestar dijo...

S (ese),
para llevar un blog como el tuyo es imprescindible mantenerse sobrio, haces bien en no beber, yo por eso no comento siempre, porque como bien dices, si bebes no conduzcas… digo, no comentes…

Ufff, S, esos ejercicios de sinceridad que comentas no creo que se puedan hacer en grupo y como juego, la mayoría de las relaciones sociales están basadas en la hipocresía, es lamentable, pero es así, y además los comportamientos de las personas difieren cuando el trato es individualizado o en grupo. Sin embargo, a ciertos tipos de relación, como pueden ser las auténticas amistades, sí que es imprescindible que exista un nivel máximo de sinceridad y confianza mutua que, envueltos en cariño, nos permitan seguir creciendo como personas. No quiero amigos que sólo me adulen, esos no son verdaderos amigos, quiero amigos que me hagan ver cuales son mis defectos y me ayuden a solucionar mis problemas. Ya sé que soy un bicho raro…

Besos amistosos.

Berni,
Uyssss!!! Suerte que he seguido leyendo, al empezar me ha parecido que estábamos hablando de otra cosa... que también hace falta, para qué vamos a negarlo..., jejeje.

Has hecho un apunte muy importante en el tema que nos ocupa, él de las cantidades. Creo que no todos reaccionamos de igual manera frente a los efectos del alcohol porque nuestros metabolismos son diferentes; en el caso que estoy comentando pienso que la dependencia, de momento, es más psíquica que física, porque no son grandes cantidades las que ingiere pero lo hace de una manera compulsiva.

Yo también espero lo que dices, que esa persona reaccione...

¿Sabes lo que me has hecho pensar? Que generalmente somos mucho más agudos a la hora de ver las posibles soluciones de los problemas de los demás que de los nuestros propios. Igual tendríamos que inventar un mecanismo de intercambio de problemas para que de una manera solidaria fuéramos resolviendo los problemas de las personas queridas y ellas resolvieran los nuestros, así nos evitaríamos el paso más duro, el de salir de nuestro propio ombligo. Voy a seguir pensando sobre esto, más tarde podríamos patentarlo y, quién sabe, hasta nos hacíamos ricos ;-).

Besos sin alcohol, que ya no toca hasta el año que viene.

María,
En el fondo, lo que hice, no lo hice por esa persona, lo hice por mí. Me produce mucho dolor ver que alguien a quien quiero está metiendo la pata de esa manera.

Hay un punto en el cual no podemos poner remedio a un problema, cuando todavía no lo hemos identificado como tal. Antes de tomar cualquier otra medida, esa persona tiene que darse cuenta de que tiene un problema. Estamos hablando de una persona adulta, no puedo cogerle de la mano como si fuera un@ niñ@ y llevarle a la consulta más próxima, ésa es una decisión que debe tomar esa persona por sí misma. Es evidente que no soy la persona indicada para tratar ese problema, no soy profesional en la materia, simplemente soy alguien que ha detectado una anomalía y está intentando que la persona afectada se dé cuenta.

Hay un tema que a menudo me ronda por la cabeza, es el de la empatía. Por suerte o por desgracia, soy una persona muy empática que tiene una facilidad muy grande para ponerse en la piel de los demás. En eso, como en todo, encontrar el punto de equilibrio es difícil, pero en eso estamos...

La fotografía de la mano es todo un clásico ya en mi vida como ínter nauta, jajajaja, me ha acompañado desde casi el principio de ella, jajajaja.

Besos empáticos.

Ana,
Permíteme que te diga que no estoy de acuerdo con lo que me dices, a mí no me hizo daño el emborracharme, creo que fue, como dice Berni, un desatasque de tuberías, algo que no suelo hacer habitualmente y que me permitió decir las cosas que quería decir de una manera diferente, espero que, incluso, más impactante. Por otro lado, estoy segura que la persona a la que hacemos referencia sí que ha apreciado todo lo que dije y actualmente está en pleno proceso de reflexión, es una persona inteligente y cuento con que, en un período de tiempo muy breve, va a reaccionar positivamente.

El alcoholismo, como cualquier otra dependencia es un problema grave que afecta a muchas personas en nuestra sociedad. Vivimos en un mundo que no nos satisface a pesar de tener cada vez más comodidades. Cada uno tratamos de compensar nuestras insatisfacciones de la ¿mejor? manera que sabemos y beber es, por desgracia, una de las más socorridas. Éste era, en principio, el tema de debate en la entrada, pero por lo visto, se me ha ido de las manos, quizás lo he planteado de una manera errónea.

Ufffff, queridísima Ana... el subconsciente me debe estar gastando algunas malas pasadas últimamente porque yo en ningún momento creo haber dicho si la persona de la que hablamos es “él” o “ella” y, si has llegado a la conclusión de que es alguien de quien estoy enamorada... ¿será que estoy manifestando actitudes lésbicas?... espero que no sea así, aunque ya empieza a preocuparme, el otro día alguien me dijo que había leído la biografía de Virginia Woolf y le había hecho pensar en mí... acongojadita toi... pero de momento me siguen gustando los hombres aunque no los entienda... o, precisamente, por eso...

Ana, me alegra que hayamos empezado a profundizar en nuestra amistad, hace mucho que nos conocemos, al menos virtualmente, pero hasta ahora, no habíamos tenido la oportunidad de charlar, espero que, poco a poco, esta relación vaya creciendo y estoy deseando subir a visitaros, tengo muchas ganas de ir de “zuritos” con vosotras y espero que, además, nos podamos comer unas buenas “kokotxas”.

Muxus muxus muxus!!!

Lena,
Oléee, oléee, oléee... pero si está aquí mi querida lena... qué ilusión verte, mi niña!!!!!

Sí, cielo, todo esto fue un intento de ponerle a alguien las pilas, espero haberlo conseguido.

Espero seguir viéndote por aquí, un abrazo todavía más grande que el que te di ayer en persona.

Prijuabe dijo...

lemoinestar, de la idea que apuntas, en alguna ocasión un amigo y yo hemos comentado la posibilidad de intercambiarnos de casa para hacer limpia de trastos viejos. Seguro que eramos bastante objetivos y media casa se iba al punto limpio. Guardamos demasiadas cosas que nos sirven para nada salvo para sentir nostalgia que en alguna ocasión incluso llega a ser dolor por determinados recuerdos. Quizá algún día lo hagamos, de momento no somos capaces precisamente por no perder determinados objetos que de sobra sabemos que no sirven para nada pero que no queremos perder.
Tal vez tengamos que hacerlo y como bien dices patentarlo después.

Besos sobrios.

María dijo...

Leimonestar:

Todas las cosas tienen soluciones, y si lo que hacemos es no buscarlas, nos estamos impidiendo seguir con total normalidad, para lo cual, meterte en el mismo pellejo que esa persona no es buscar una solución a ese problema, sino que es como estar en un círculo cerrado ante ese problema sin buscar soluciones, porque casi la mayoría de las veces las personas que están enfermas, no lo pueden ver, porque muchas veces se interfiere ante sus ojos una sombra oscura que les impide estar viendo la realidad de sus problemas; para lo cual no encuentro como solución positiva el tener que beber alcohol, como hace esa persona, porque al final no será el problema de una sola persona sino de dos, porque la misma seguirá escuchándote exactamente igual que si tú no bebieras alcohol. Emborráchate ante una gran acontecimiento, como puede ser celebrando el año nuevo, de alegría, buen humor, risas y felicidad.

Leimonestar yo no te digo que le cojas de la mano como si fuera un niño o una persona incapacitada, lo único que te comento es que le sigas dando la mano, el hombro y lo que haga falta, pero desde el punto de vista realista, intentándole acompañar a un especialista para que sea él quién se encargue de tratar a esa persona, que es con su ayuda, junto con tu cariño, donde creo estará la solución.

Te dije lo de la fotografía, porque yo la tengo en mi otro espacio, si has entrado allí la habrás visto colocada en muchos textos.

Besos terrenales.

Luna Azul dijo...

Pues si tienes razón, el subconsciente ha sido el mío corazón, he leido de nuevo la entrada y en ningún momento hablas de "él" o "ella".
Sigo sin estar de acuerdo en lo de emborracharte tú, pero de lo que si me alegro por supuesto es de que esa persona esté recapacitando, que tus palabras le hayan llegado. Eso es lo importante.
Y los zuritos y las kokotxas cuando quieras ya lo sabes, te recibiremos con los brazos abiertos.
Muxu bat, laztana

NIGHTRANGER dijo...

Juer, vuelvo a llegar tarde...

Esta entrada nueva me ha recordado algo que hace algun tiempo paso con mis compañeras de trabajo, os lo voy a contar:

No se que tendran los Viernes que a todos nos sueltan la lengua... una de mis compañeras comento en voz alta delante de las demas... "Ayer me compre un vibrador".

Podeis imaginar el revuelo que se armo entre los que estabamos asistiendo ante tal afirmación.

Que si vaya tela, que si como eres, que si tal... yo mientras observaba y callaba.

En un momento dado ella dijo... Y porque pensais eso... yo no me averguenzo de ser como soy y quizas la mas recatada de todas las que aqui estais no tenga uno, sino una buena colección pero le falte valentia para admitirlo !

Yo pense... "Ole tus ovarios" porque el silencio se podia cortar con un cuchillo... porque seria?.

Y a que viene todo esto te preguntaras... muy sencillo.

El tema del alcoholismo es aun mas peliagudo que el tema de nuestras preferencias sexuales, pero sin duda la valentia de reconocerlas enaltecen.

YO HE SIDO ALCOHOLICO, y no me averguenza decirlo, es mas, creo que el que lo es puede seguir siendolo toda la vida y solo depende de el, de asumirlo plenamente y no ocultarlo como una verguenza, sino mostrarlo como lo que es, una enfermedad.

Tengo mucho que decir sobre el tema.

Estoy de acuerdo en que no debes llevar a esa persona de la mano a un especialista, si debes ofecerle tu apoyo moral, sin que se sienta presionado, sino apoyado, el primer paso debe darl@ el / ella.

Es evidente que quien mejor va a tratar el problema es el equipo de profesionales que trabajan en los centros de ayuda a las drogodependencias, pero si ese amig@ que mencionas no abre todos sus poros, dificilmente podran ayudarle.

Primer paso reconocer abiertamente que tienes un problema, con tu familia, con tus amigos, con tu pareja, y "SOBRE TODO, CONTIGO MISMO" porque son ellos los que sin duda e incondicionalmente van a estar a tu lado y esos profesionales no van a poder hacer nada por ti si no das ese primer paso.

Segundo paso "Comunicación y mas comunicación" sin que exista esto entre la persona enferma y su circulo afectivo nada hay que hacer, por muchos ...... que le eche el enfermo.

Tercer paso "La confianza mata" Ya estoy curado !!! Me han dado el alta !! Un alcoholico nunca esta curado mientras no sepa rechazar ese chupito en Nochevieja, mientras mira de reojo a ese amigo que se toma una caña "A su salud".

El resto ya lo podeis imaginar, la perdida de confianza del entorno versus el enfermo, el encerrarse en si mismo y sus temores, el pensar de que me ha servido todo este esfuerzo?

Perdona si soy demasiado crudo en este tema, pero pienso que el tema en si lo es !

Las personas que hemos padecido esta enfermedad, corremos siempre el riego de recaer, es mas, no hace demasiado yo mismo tuve una recaida, pero es en ese justo momento, cuando mas necesitamos esa ayuda, cuando necesitamos escuchar "Que te ocurre?" "Que es lo que va mal?" "Puedo ayudarte, solo pidemelo !". Las reacciones contrarias, si la persona enferma es debil, solo contribuiran a hundirla mas y a agudizar el problema, hasta convertirlo en un problema sin solucción.

Podria seguir horas y horas hablando sobre este tema, pero prefiero seguir creando mis bloggs, escuchando musica y leyendoos a vosotros.

Recordad, yo puedo recaer algun dia, sera cuando os necesitare de verdad !!

Besos y abrazos sanadores.

NIGHTRANGER dijo...

Todo esto me ha dado una nueva idea para mi blogg "La vida es musica"

Intentare terminarla esta noche?

Mas besos sanadores.

lemoinestar dijo...

Berni,
justamente porque sabía eso es por lo que se me ocurrió la idea de intercambiar la solución de los problemas, jajajajaja.

Una vez más, besos coincidentes.


María,
por supuesto que todo tiene solución, pero en algún momento se tiene que empezar a encontrar esa solución y, en eso, precisamente, es en lo que estamos.

Como te decía en el otro comentario, me considero una persona muy empática, eso significa que tengo una gran facilidad para comprender los sentimientos de los demás, pero no significa, ni de lejos, que me quede con sus problemas. Yo tengo muy claro cuales son las consecuencias de las drogodependencias, desde muy joven, trabajé durante años en un centro psiquiátrico, no directamente en el trato con enfermos, pero sí que conocí muchas experiencias que me hicieron darme cuenta de las consecuencias del consumo de este tipo de sustancias. Sé también que este problema sólo puede solucionarlo una persona: la protagonista de nuestra historia, pero como dice Nightranger, para salir adelante necesita el apoyo de las personas de su entorno y yo soy una de ellas.

Besos aclaratorios.


Ana,
Jajajaja, neska, no pasa nada… Ya está todo aclarado… Como ya he explicado varias veces, mi borrachera sólo fue una salida emergencia ante una situación que me sobrepasaba y que, creo, está dando sus frutos.

Id reservando la mesa para las kokotxas que de esta vez no pasa, jajajajaja.

Besos de entendimiento.

Nightranger,
ante todo felicidades por tu valentía y gracias por tu aportación, creo que es la mejor aportación que podría hacer nadie sobre este tema. Te deseo, de todo corazón, que si alguna vez vuelves a encontrarte en una situación de riesgo, sigas manteniendo esta valentía y tengas a tu alrededor a las personas de tu entorno dándote todo el apoyo que necesites.

Desgraciadamente, la persona de la que estamos hablando conoce toda esa teoría que nos has explicado tan bien como tú, pero, mucho me temo, que en determinadas circunstancias, el enfermo es incapaz de reaccionar por sí mismo, al menos al principio. Hace días que empecé a observar comportamientos “sospechosos” que me hicieron pensar que esa persona había olvidado la teoría, daba pequeños tragos a escondidas, los primeros de ellos nada más empezar el día, luego empezó a tomar alguna que otra copa o cerveza delante otras personas, cuando le preguntaba al respecto, me soltaba la mentira piadosa que tú acabas de reconocer que es frecuente decir: yo controlo… Poco a poco las copas iban siendo más frecuentes; de vez en cuando, a lo largo del día, necesitaba una “dosis” de la droga para seguir adelante y cuando por medio de excusas intentaba retenerle veía como su nivel de ansiedad iba creciendo. También observé, que cuando bebía, lo hacía con un gran sentimiento de culpa, parecía como si su mano se resistiera a llevar el líquido a la boca, le temblaba el pulso y parecía como si el esfuerzo para levantar el vaso fuera superior a sus fuerzas, pero a pesar de todo, esa persona seguía insistiendo, la “necesitad” de alcohol era mucho más grande que su razón e incluso que su subconsciente.

Paralelamente a todo esto, empecé a observar cada vez más un retraimiento en esa persona. Ella sabía que yo sabía y se producían grandes silencios, las bromas que intentaban romperlos sonaban forzadas y sin convicción, creando una atmósfera todavía más opresiva. La comunicación era imposible porque todas las palabras chirriaban.

No sé si puedes hacerte a la idea del sufrimiento que he tenido durante este tiempo viendo el sufrimiento de esta persona a la que, ya lo he dicho en varias ocasiones, me une un gran cariño… Yo no soy ninguna experta en la materia, por eso actúe como buenamente pude y supe, tal vez no fue la mejor manera, porque pienso que entré como un elefante en una cacharrería, pero de alguna forma tenía que romper ese insoportable silencio y parar esa caída inminente.

Si, como dices, el apoyo de los que te rodean es tan importante para esos enfermos, he de decirte que esta persona sabe positivamente que cuenta con mi apoyo para lo que haga falta, pero lo que no sé es como puedo hacer para hacérselo entender. Quizá tú, que conoces como nadie esta enfermedad, me puedas dar alguna clave para ello.

Gracias, una vez más, por tu aportación, espero que me des algún consejo para poder ayudar a esta persona.

Besos agradecidos.

NIGHTRANGER dijo...

Si como bien dices te une un gran cariño, lo unico que debes hacer es demostrarselo, seguro que esa persona lo apreciara.

Creo que fue un grave error emborracharte a su lado y dar rienda suelta a tu rabia interior, no creo que a el / ella le hiciera ningun bien ese comportamiento, mas bien esos estados solo provocan un corte en la comunicación (A momentary lapse of reason).

Uffffssss, las recaidas suelen ser fatales, te lo digo por experiencia, lo importante es que se deje ayudar.

No puedo ponerme en su piel, no se que mas decirte, pero no creo que le apetezca que le gires la espalda, el silencio mata lentamente, apoyo, apoyo y mas apoyo !

Suerte en esa tu dificil tarea.

Besos de canela.

lemoinestar dijo...

Nightranger,
ante todo, gracias por responder y por darme tus puntos de vista ya que considero que, por lo que nos has relatado, eres quien que más puede entender esta situación por la que estoy pasando.

Sigo demostrándole mi cariño, continuo estando a su lado, aunque cada vez tengo más serias dudas de que eso realmente sea lo que esa persona desee o necesite. Muchos de sus comportamientos me dicen que lo que yo piense, diga o sienta le traen sin cuidado porque en estos momentos no es capaz de ver nada de lo que tiene delante.

Ya reconocí con anterioridad que el método que utilicé para hacerme oír no era el más adecuado, pero, en aquellos instantes, la persona de la que hablamos estaba iniciando una huida, estaba a punto de producirse un error fatal (a fatal error was going to happen, ¿se dice así?), y mi actuación fue el último intento de hacerle entrar en razón antes de que desapareciera. Difícilmente se podía producir un corte en una comunicación que ya era inexistente porque cada vez que intentaba sacar el tema, de una u otra manera, esta persona lo eludía con los argumentos que tú mismo comentaste en tu anterior intervención: yo controlo, no pasa nada, etc., etc. Si entonces no hubiera actuado como lo hice creo que la comunicación se hubiera cortado definitivamente porque mi interlocutor/a estaba dispuest@ a alejarse de mí, supongo que en su soledad nadie le lleva la contraria y, a simple vista, puede ser la opción más fácil para no tener que enfrentarse a las causas que han originado su dependencia. En muchos momentos me siento como una incomoda piedra puntiaguda dentro de su zapato.

Imagino que sí, que las recaídas pueden ser fatales, pero si no se deja ayudar ya no sé que más puedo hacer. No es mi intención darle la espalda, por descontado, pero tampoco puedo seguir comunicándome con alguien que ha optado por el silencio. Ese silencio mata en los dos sentidos, que yo me calle es tan dañino como que se calle la otra persona. Por otro lado, el apoyo incondicional tampoco creo que sea una solución definitiva, si ese apoyo no sirve para avanzar y veo que todos mis esfuerzos son inútiles, al final va a ser a mí a quien le van a faltar las fuerzas para seguir prestándolo.

Gracias por tus deseos, pero no creo que lo que necesito sea suerte. Pienso que puestos a desear, mi deseo sería que esa persona sea capaz de empezar a ver claro, su actitud y su comportamiento no es a mí a quien perjudica, el daño por ese silencio y esa cerrazón se lo hace a sí mism@ porque la enfermedad a quien destruye es a él/ella y, por desgracia, no disponemos de tiempo porque cada día que pasa sin tomar medidas es un escalón más que baja hacía ese pozo oscuro en el que se está sumergiendo. Yo me puedo implicar más o menos, pero el problema, en el fondo, no es el mío… y todo esto lo estoy diciendo con un gran dolor en el corazón porque si por mí fuera ya haría días que estaríamos actuando codo con codo y tomando las medidas oportunas para que esa enfermedad no siguiera adelante.

Mis mejores deseos para ti aderezados con besos de canela.


P.D.
Y porque sé que esa persona sigue leyendo aunque no diga nada quiero añadir que aquí no se trata de juzgar su actuación, el cariño no es un juez y, generalmente, los jueces más implacables somos nosotros mismos. Así es que no te avergüences de lo que te sucede, ni yo ni nadie vamos a juzgarte por eso, lo único que deseo es que te pongas bien y seas feliz. A estas alturas deberías saber ya que TE QUIERO MUCHO MÁS DE LO QUE TE ESTÁS QUERIENDO TÚ.

NuN dijo...

Me atrevo a intervenir por primera vez, y precisamente en los comentarios a esta entrada, porque me ha suscitado una cierta complicidad con la autora, quizás por estar viviendo yo mismo una situación paralela.


He podido observar que a una adicción no se llega como resultado de problemas o de situaciones, que como mucho, son meros pretextos, sino que se llega por la propia incapacidad de la persona para afrontar problemas y situaciones, y más concretamente, para enfrentarlos.

En muchas ocasiones he pensado que las adicciones no son realmente el problema, sino que son la mera consecuencia, para algunas personas inevitable, de la existencia de desajustes funcionales más profundos y primitivos, que le impiden enfrentar ciertas situaciones cotidianas.

Otra observación, siempre a título personal, es que existe otro tipo de adicción aún más peligrosa que todas las que se han mencionado: la adicción a la depresión.

Muchas personas adictas a ciertas sustancias, si se les suprimen ya sea a través de un tratamiento, llamémosle reglado, o por iniciativas personales, se tornan a menudo depresivas y se convierten en adictas a la depresión; en algunos casos además, la propia depresión, actúa entonces de pretexto perfecto para reincidir en otras adicciones, en un círculo vicioso, en una pescadilla que se muerde la cola, de muy difícil solución.

Y la solución es tanto más difícil en la medida que los tratamientos al uso para la depresión, producen en quien los sigue, estados de no consciencia similares a los que les producen el alcohol, las drogas o el juego.


Cuando se convive, se congenia o se ama a alguien que está permanentemente montado en esta especie de tiovivo macabro, yendo de cortas etapas de aparente normalidad, a otras de depresión, ya sea grave o leve, y finalmente a otras adicciones y vuelta a empezar, la voluntad de ayudar no puede evitarse, pues estamos siendo testigos lúcidos de su autodestrucción.

Pero el problema subyace, todo lo anterior son solamente las consecuencias, pues el problema es disfuncional e inherente a la persona; tendemos a intentar curar las consecuencias sin tener opción a curar las causas.

Y, si bien, estoy convencido de que quien tiene este tipo de disfunción, tarde o temprano la manifestará ante alguna situación que le supere, a pesar de saberlo, en estos momentos la pregunta que más me inquieta, es si no seré yo mismo y las circunstancias de la relación, la causa de las adicciones.

P.D. Espero que sepáis disculparme si el contenido y la forma no se ajustan a lo que se espera, pero es la primera vez que expongo algo en un foro como este.

lemoinestar dijo...

NuN,
Ante todo, bienvenido, ésta es tu casa. Ha sido una sorpresa muy agradable encontrar tu comentario y espero que, a partir de ahora, podamos leerte habitualmente por aquí.

Son muy importantes los puntos de reflexión que nos planteas. La observación es siempre el principio del conocimiento y que hayas compartido las tuyas, nos permite a tod@s poder saber un poco más sobre el asunto en cuestión.

Comparto contigo la opinión de que las dependencias son más bien una consecuencia que no un origen, allí reside, bajo mi punto de vista, el riesgo de las recaídas. La persona afectada, ante determinadas situaciones que no sabe resolver, recurre a la adicción que corresponda en cada caso para tratar de solucionar el problema, bien porque considere que eso le da mayor coraje para enfrentarlo, bien porque de esa manera lo olvida. Sin darse cuenta que, en realidad, lo que está haciendo es esconder la cabeza debajo del ala porque de esa manera no se resuelve el problema que ha causado la dependencia y, además, se está generando uno nuevo, la recaída en ella; como tú bien dices, la pescadilla que se muerde la cola.

En cuanto a lo que comentas de la depresión no sé que decirte, por un lado pienso que la depresión siempre está asociada a cualquier tipo de dependencia, pero por otro, mi observación personal me ha llevado a la conclusión de que la depresión es, por sí misma, más un síntoma que una enfermedad, aunque puedan producirse diferentes tipos de depresión, por lo tanto, será cuestión del terapeuta que trate el caso el llegar a discernir cuál es la enfermedad que la lleva asociada y cuál es el tratamiento requerido.

Otro tema que dejas sobre el tapete aunque de una manera velada es si la ciencia está preparada para resolver algunas disfunciones en su etiología y, mi opinión personal, es que no lo está. La mente humana es muy compleja y su estudio está, por ahora, poco avanzado.

Por último, respecto a esa pregunta que dejas en el aire… Puede que hayas sido el desencadenante de alguna de las crisis que ha padecido esa persona de la que nos hablas, pero creo que debes estar muy tranquilo en cuanto a tu responsabilidad al respecto. Esa persona debía ser ya conocedora de su enfermedad y debía saber también que circunstancias le podían llevar a ponerla de manifiesto, así es que debería ser ella quien pusiera los mecanismos necesarios para evitar posibles recaídas. Ahora bien, como en general este tipo de enfermos no aceptan su enfermedad, existe una tendencia a hacer responsables a las personas del entorno más próximo de sus crisis, pero creo que eso entra dentro del terreno de la manipulación y el chantaje emocional.

No tienes nada por lo que disculparte, al contrario, soy yo quien tiene que agradecer tu colaboración que ha sido muy enriquecedora ya que me ha permitido seguir reflexionando sobre el asunto. Como te decía al principio, espero seguir contando con ella.

Besos cómplices.