"No voy a dejar de hablarle sólo porque no me esté escuchando. Me gusta escucharme a mí mismo. Es uno de mis mayores placeres. A menudo mantengo largas conversaciones conmigo mismo, y soy tan inteligente que a veces no entiendo ni una palabra de lo que digo. " (Oscar Wilde)



martes, 9 de octubre de 2007

Hablar y callar

(Clica la imagen para oír la canción si no funciona el reproductor)


A veces hablamos demasiado, decimos cosas que no nos creemos, no porque pretendamos engañar a nadie, si no para ver si somos capaces de creérnoslas nosotros mismos. Es como si quisiéramos conjurar lo que queremos a través de las palabras repetidas. “Es así, es así, es así…”. Pero NO es así, deseamos que sea así… y, por mucho que insistamos, todo sigue siendo como es.

Otras veces, en cambio, callamos por aquello de que no existe lo que no se nombra, como si, a través del silencio, fuéramos capaces de conjurar lo que no deseamos o lo que nos asusta, como si el permanecer callados hiciera posible que lo que callamos no existiera. Y TAMPOCO es así, deseamos que sea así… y, por mucho que insistamos, todo sigue siendo como es.

En ambos casos salimos perjudicados, es imposible ser felices engañándonos a nosotros mismos, en el fondo de nuestro corazón sabemos que lo que hablamos de más o lo que callamos de menos nos perjudica, nos hace ir contra nuestra propia corriente y genera sufrimiento y dudas entre las personas que nos rodean.

Deberíamos ser capaces de hablar y callar en el tiempo justo y en la justa medida, por nuestro propio bien y por el bien de las personas que nos escuchan o nos quisieran escuchar.

Ahora he hablado, llega el tiempo del silencio.



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12 comentarios:

María dijo...

Leimonestar no es que llegue el tiempo del silencio, más bien diría yo, llega el tiempo de la reflexión. Me encantan las reflexiones porque haciéndolo, sin darnos cuenta, podemos llegar hasta muy lejos, y tú has abierto un tema que a mí me parece muy interesante.

Voy a dar mi punto de vista, lo que pienso de esto que acabas de comentar en cuanto a hablar o callar, pero no lo voy a hacer en los términos que tú nos has comentado, porque para eso ya lo acabas de hacer tú, y no quiero recalcar tus palabras.

Yo te voy a dar mi punto de vista en lo referente a lo que pienso de esa voz interior que cada uno tenemos, la que nos guía y nos hace ir en una dirección o en otra, esa es la voz para mí, la más importante, la que debemos escuchar siempre para nosotros mismos, para después saber reaccionar ante los demás.

Pienso que nuestra subconsciencia está formada por dos voces, una que es la positiva, la que nos dice: “¡Adelante tú puedes con todo!”; y otra, la negativa, la que te dice: “¡No puedo hacerlo, no sirvo para nada!”. Cuando estás ante una situación que te sientes impotente de realizar, muchas veces oyes de dentro estas palabras: “Yo no puedo hacerlo, no sé por dónde empezar, no valgo para nada”, en esos momentos Leimonestar nos estamos negando nosotros mismos, nos estamos poniendo una barrera porque estamos escuchando esa voz negativa interior y esa voz es la que nos está impidiendo realizar cualquier acto. En cambio, cuando oimos la voz positiva: “¿Por qué no voy a poder con ello? Tengo que poder”, en este momento estamos escuchando nuestra voz interna dándonos palmadas en el hombro, dando un paso hacia adelante porque ese mismo pensamiento positivo hace que tú misma puedas hacer lo que estás escuchando.

Leimonestar escuchar siempre esas palabras de ánimo, de fuerza, de guía, de pensamiento positivo, es un paso muy importante hacia adelante para cada uno, para realizarlo; en cambio, cuando oímos las negativas, nos están aprisionando para no actuar; por lo que considero siempre necesarias ser oídas siempre las palabras positivas, las que te hacen seguir hacia adelante y avanzar; en cambio, cuando son palabras negativas que destruyen y hacen daño es mejor taparse los oídos porque no merecen la pena ser escuchadas y mucho menos ser dichas.

Por lo que, pienso, que siempre merece la pena hablar y nunca callar cuando van a decirse palabras que sirven de ayuda hacia una misma o hacia las demás personas; pero si las palabras que se van a decir son de autodestrucción para una misma o las demás, es mejor callar y taparse los oídos.

Besos de reflexión hablados.

. dijo...

Molaría mucho, pero no lo pondré en practica.
Me quiero lo suficiente como para no ir poniendo en peligro mi integridad física con el prójimo.

Prijuabe dijo...

Me has recordado la letra de una canción que no puedo decir de quien es. .oO(¿será la memoria?).
En una parte dice algo así como:

Gritar, callar, .... o dejarte en paz... esperando una locura...

Cuando la recuerde entera te lo dire y si es posible cantando, asi ni callo, ni hablo jajajaja.

Besos cantarines

María dijo...

¡Dios mío querido! Leimonestar ... que me estoy asustando ¿todo eso lo he escrito yo? jaja. Ahora que vuelvo a tu blog a volverlo a leer todo, y veo lo que he escrito yo, no me lo puedo creer jaja ¡soy totalmente imperdonable cielo! cuando me pongo a escribir no me acuerdo de nada y sigo sin parar, ¡no tengo remedio! asustada estoy del rollo que he metido, perdóname reina jaja.
Un beso sin rollos guapa.

Luna Azul dijo...

Somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras.
No digo nada mas lemoinestar.
un beso

María dijo...

Hoy que es otro día, llegó el momento del silencio. ¿Ves como yo también sé callar?
Besos silenciosos y feliz Miércoles cielo.

lemoinestar dijo...

María,
de alguna forma tu comentario es complementario del mío, precisamente lo que yo digo es que muchas veces hablamos o callamos en contra de lo que nos dice esa voz interior. Quiero decir que lo que decimos no es lo que realmente sentimos, si no lo que quisieramos sentir; o bien, lo que callamos es lo que desaríamos decir pero no nos atrevemos. Así, pues, estamos yendo en contra de nuestro sentir más profundo y eso genera una serie de tensiones internas que transmitimos a los demás también.

No se trata de que estemos mintiendo en el sentido estricto de la palabra, lo que hacemos en engañarnos a nosotros mismos y, de esa manera, es imposible que seamos felices.

Evidentemente, siempre deberíamos ser capaces de escuchar esa voz interna que nos hace ir hacía adelante, respetando, eso sí, a los demás.

Jajajaja, María, si es que con un teclado entre los dedos tienes un peligro...

Pero no es preciso que pidas disculpas, sigue expresándote con toda tranquilidad.


Besos silenciosos para un feliz miércoles.

S (ese),
me da que estamos hablando de cosas diferentes, ya me imagino que muchos de sus pensamientos más íntimos son políticamente incorrectos, jejeje.

Berni,
ainssss, no sé a que canción haces referencia, con el lío de discos duros que tengo he extraviado algunas cosas, estar están, pero no sé dónde, a ver si me organizo...

Y sigue cantando, que tu voz es muy bonita ;-).

Besos cantados.

Ana,
pero si siempre permaneciéramos en silencio nuestra vida sería demasiado pobre, necesitamos expresar lo que pensamos por medio de palabras, puede que nos esclavicen, pero al mismo tiempo nos hacen más libres. Depende del uso que les demos, por supuesto.

Y no te quedes callada, sigue hablando, por favor.

Besos.

NIGHTRANGER dijo...

Ufffffssss, y por donde empiezo yo, si ya lo habeis escrito todo !

El tiempo del silencio, mal que impuesto, lleva a la reflexión, nuestra voz interior, no siempre es buena consejera, lo cual me hace llegar a la conclusion siguiente:

Calla, escucha, analiza y sigue callando, el tiempo te llevara a la razon.

A veces el primer analisis (por no decir siempre) suele ser erroneo, pero no del todo, todo ello nos lleva a seguir callando, escuchando y seguir analizando, dejando pasar el tiempo.

Cuanto mas tiempo analizas y concluyes, mas avanzas en la verdad, lo que inevitablemente te lleva tomar fuerza y conciencia de que "PUEDO HACERLO".

Yo lamentablemente era de los que preferian callar, he pasado al escuchar...o mejor dicho leer, ya sabeis, "EL SUEÑO DE LA RAZON PRODUCE MONSTRUOS".

Por eso opto por el silencio y el analisis, tiempo y mas silencio.

Solo ante algo leido no puedo mantener el silencio, Ana "BRILLANTISIMO COMENTARIO" totalmente de acuerdo.

Besos silenciosos.

lemoinestar dijo...

Nightranger,
amos a ver, amos a ver, amos a ver...

Usease que defiendes que hay que “callar, escuchar, analizar, seguir callando y esperar que el tiempo te lleve a la razón”. Por lo tanto, mientras se realiza ese proceso no se está en posesión de la razón, vamos, que la razón está poco menos que dormida...

Por otro lado, nos dices que “el sueño de la razón produce monstruos”...

Entonces... callar, escuchar, analizar, seguir callando y esperar ¿serían esos monstruos?

Vamos, que al final, va a resultar que la vigilia de los monstruos produce razón...

¡Jué, qué lío me has liao, amigo mío!

Otra cosa... ¿los besos silenciosos son lo contrario de los besos tronados?

Luna Azul dijo...

Hola lemoinestar cielo, por fin hablo seré "esclava de mis palabras" Jajajaja. Lo siento wapa es que no tenía ganas de "hablar de ná". Tenía un catarrazo de los buenos y no lo he quitado todavía. Me duele "to mi cuerpo serrano".
"Dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras" Es una frase preciosa, pero con ello no quiero decir que no tengamos que hablar, por supuesto nada más hermoso que podernos comunicar y para ello son necesarias las palabras. Pero hablar con y desde el corazón. Todo lo que decimos si no es así, con el tiempo se nos volverá en contra. Y mantenernos en silencio si con nuestras palabras vamos a herir a alguien. De ahí mi frase. Estar en silencio por miedo es morir un poco.
Ser capaces de hablar y callar en el tiempo justo, eso es lo perfecto pero cuantas veces metemos la pata. Bueno yo al menos.
Decir algo y arrepentirme según están saliendo las palabras de mi boca, vamos que me daría de tortas.
Bueno ahora volveré "a ser dueña de mi silencio" . Un beso cielo y feliz fin de semana. Y a ver cuando nos vemos, voy a tener que ir yo para allí.

Luna Azul dijo...

Ah se me olvidaba, aprovecho desde tu espacio para mandar un saludo a nightranger, gracias por tu comentario. Ahora mismo paso a tu blog a leerte.
Pero por favor habla. El silencio tampoco es bueno.

lemoinestar dijo...

Ana,
estamos totalmente de acuerdo con lo que dices.

Debemos dosificar nuestras palabras y nuestros silencios, lo que es inadmisible es el engaño y la cobardía.

Me alegro de que estés recuperada de tu catarro, yo estos días también ando un poco fastidiada con eso.

Besos sin virus