lunes, 16 de mayo de 2011
Un soplo de alegría - Luis Eduardo Aute
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Etiquetas: canciones
domingo, 19 de septiembre de 2010
Una despedida
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Etiquetas: algo especial, sentimientos
domingo, 8 de agosto de 2010
¿Conseguiré volver a escribir?
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Etiquetas: música, reflexiones
domingo, 20 de junio de 2010
El viejo París
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lunes, 31 de mayo de 2010
Volver a empezar
Tal vez sí que sea éste un buen momento para volver a empezar… después de todo, ahora estoy inaugurando una nueva etapa dentro de mi vida, un capítulo nuevo en este mi propio culebrón vital.
Todavía no he terminado de instalarme en mi nueva casa. La ropa, los libros, los diversos objetos y enseres que se acumulan a lo largo de una vida… se amontonan por los diferentes rincones de las habitaciones en numeradas cajas blancas -como promesa de un futuro por estrenar- procedentes de uno de esos almacenes que se encargan de abastecernos en caso de traslado, tan bonitas ellas, tan nuevas, tan prometedoras...
Todavía no están instalados todos los muebles, los pasillos están intransitables y hay que ir saltando entre las cajas medio abiertas de la mudanza que se desparraman por doquier. A pesar de ello me siento bien en esta casa llena de luz desde la que puedo contemplar el Tibidabo sin necesidad de asomarme a la ventana, sólo con instalarme cómodamente en el sofá o en la cama.
El caos de la mudanza tiene también sus cosas buenas –ya es conocida mi afición a darle la vuelta a todo e intentar buscar el lado bueno. Para empezar, el despojarse de muchas cosas obsoletas que ocupan espacio y no sirven ya para nada, el trabajo de limpieza en este sentido ha sido importante y, para el resto, espero impaciente la llegada de la noche de San Juan, cuando serán consumidas por las llamas del fuego purificador. También el estrenar muchos de los objetos de uso cotidiano que han ido reemplazando a los ya viejos y estropeados. Todo es nuevo, limpio y reluciente y presagia un mañana esplendoroso, al menos así lo siento ahora… De este caos por el que estoy pasando saldrá un nuevo hogar que será mi refugio, mi casa, ¿cómo no sentirme ilusionada?
Vaciar mi antigua casa ha sido duro, reencontrarme con fragmentos del pasado en forma de objetos olvidados en recónditos rincones ha hecho brotar las lágrimas en muchos momentos, un traslado es, irremediablemente, un paseo por toda una vida y, en unos pocos días, todos los recuerdos de mi existencia han desfilado ante mí de forma aleatoria con el impacto emocional que eso representa (aprovecho para agradecer desde aquí, a todas las personas que me han acompañado durante el proceso, su paciencia y su comprensión). Pero ha valido la pena, cuando observo las paredes recién pintadas, los objetos rescatados de otras etapas de mi vida anterior que ahora ocupan nuevos lugares; como, poco a poco y día a día, la nueva casa va tomando forma y se va haciendo más mía, pienso que estoy en una fase de renovación y que, al abrir la puerta por primera vez a esta casa, abrí también la puerta a un nuevo futuro, muy diferente al presente que estaba viviendo hasta entonces.
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Etiquetas: reflexiones
viernes, 18 de septiembre de 2009
El tren: uniendo destinos
No es que ahora los trenes funcionen mal, con la alta velocidad, los trenes, por lo general, no sólo llegan a su destino en la hora prevista, si no que suelen hacerlo con adelanto sobre ella. Atrás quedaron, pues, los proverbiales retrasos de la R.E.N.F.E., bueno… eso tampoco es del todo cierto, y si no que se lo digan a los sufridos usuarios de las líneas de cercanías catalanas, tan obsoletas y descuidadas que, el día que no se estropea una, se estropea otra, o, si no, varias a la vez… líneas a las todavía no les ha llegado la hora de modernizarse… Si el AVE que venía volando llegó con tanto retraso a estas tierras, no quiero pensar qué pasará con estas humildes líneas, tan dejadas de la mano de Dios y de la de los presupustos... pero esto es otro cantar…
Retomando, pues, el tema, reconozco que también hemos ganado en limpieza. Estos trenes modernos tan aerodinámicos, tan sofisticados, tan asépticos, se parecen más a los aviones con los que quieren competir que a los trenes de antaño, sobre todo a los que utilizaba en mi infancia, en una línea de ínfima importancia –tanto es así que a mi pueblo de origen hace ya muchos años que no llega el tren, al que se le conocía familiarmente como “la burreta”-, con sus incómodos bancos de tiras de madera y sus ventanillas abatibles a través de las que se colaban negras bolas de carbonilla que te hacían salir del tren tiznado como si fueras un fogonero, pero que permitían sentir la maravilla del cosquilleo del viento en la cara.
Y es que estos trenes que parece que vuelan bajito son tan herméticos que, hasta los que en ellos viajamos, nos encerramos en nosotros mismos; nada más sentarnos, una anónima e impersonal azafata nos entrega unos tapones para los oídos, con la excusa de que oigamos la música o la película que nos van a poner, pero con el fin de aumentar ese aislamiento, de manera que ya no hablamos con quienes a nuestro lado viajan como no sea un discreto “perdón”, casi susurrado, cuando, por alguna razón, hemos de abandonar el asiento que tenemos adjudicado. Nada que ver con los antiguos compartimentos en los que se establecían largas conversaciones con los compañeros de viaje, -los viajes eran lentos y, por lo tanto, largos en el tiempo aunque los kilómetros fueran escasos- llegando, incluso, a compartir la comida que cada uno llevaba, al mismo tiempo que las vivencias personales o la filosofía de vida.
Otra prueba más de que mejoran los medios de comunicación… ¿o eran los de incomunicación?... Menudo lío me estoy haciendo…
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Etiquetas: reflexiones
domingo, 13 de septiembre de 2009
Gente como tú...
GENTE
Hay gente que con solo decir una palabra
Enciende la ilusión y los rosales;
Que con solo sonreír entre los ojos
Nos invita a viajar por otras zonas,
Nos hace recorrer toda la magia.
Hay gente que con solo dar la mano
Rompe la soledad, pone la mesa,
Sirve el puchero, coloca las guirnaldas,
Que con solo empuñar una guitarra
Hace una sinfonía de entrecasa.
Hay gente que con solo abrir la boca
Llega a todos los límites del alma,
Alimenta una flor, inventa sueños,
Hace cantar el vino en las tinajas
Y se queda después, como si nada.
Y uno se va de novio con la vida
Desterrando una muerte solitaria
Pues sabe que a la vuelta de la esquina
Hay gente que es así, tan necesaria.
Autor: Hamlet Lima Quintana
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Etiquetas: algo especial, sentimientos